Ayer leí a uno de esos cubanos que de tanto pretender «asimilarse» a la cultura del país donde ahora vive, ha olvidado tanto su intrínseca relación con Cuba, ha perdido tanto de sus raíces, de su historia y sus costumbres, que vive en total y absoluto «auto desarraigo«. No se trata de lo que nos extirparon a muchos que nos fuimos, o de lo que nos siguen extirpando en los lugares a los que llegamos. Se trata de lo que nos arrancamos del alma nosotros mismos. Ese es el peor de los desarraigos.

Una sola cosa dijo con diáfana claridad ese «cubano» que pretendía aplaudir, apoyar y justificar las acciones de los llamados «CLANDESTINOS» en Cuba. Él dijo que «hemos ASESINADO a nuestro Martí miles de veces«. Y es cierto: asesinamos al Apóstol cuando, en todas las épocas y desde todas las partes, utilizamos su legado para justificar nuestras acciones y a nuestra exclusiva conveniencia, sin respetar épocas y contextos. Asesinamos al Apóstol cuando enlodamos, de mil formas diferentes, la tierra que Martí tanto amó. Asesinamos al más cubano de todos, cuando nos olvidamos de ser CUBANOS, cuando nos auto desarraigamos.

Pero, ¿saben qué? Martí sigue vivo. Por encima de manipulaciones desde todos los extremos. Por encima del uso que le han dado los extremistas de todas las denominaciones de origen. Por encima de odios y rencores. Eso sí, los que están mancillando esta vez su memoria con la «sangrita» no lo están matando, se están matando ELLOS MISMOS.

Esa no es la forma de luchar por una Cuba Mejor. Esa no es forma, bajo ningún concepto de enfrentar a gobiernos o desgobiernos. El PUEBLO de Cuba no los va a seguir. Esas payasadas están bien para una telenovela española de ficción, pero no son motivador de levantamientos políticos es un pueblo que ante todo se pregunta: ¿Si hacen ese tipo de cosas desde la OPOSICIÓN qué no harían desde el PODER? Si algo motivan esas acciones en el cubano de a pie, ese que está harto de sufrir y ser manipulado desde los dos extremos, es RECHAZO, IRA y un profundo sentimiento de REPULSA.

Vergüenza ajena me da ver a supuestos «líderes» de la «oposición» decir que están con ellos, o que no están con ellos, pero no los critican y «respetan» su derecho a protestar, el cual, de esta forma, no es más que su oprobio, no solamente ante los cubanos, sino ante el mundo.

No CUBANO DESARRAIGADO, esa patraña y porquería no es de aplaudir, es de REPELER. Excepto la estupidez humana, todo lo demás en la vida tiene un límite, incluyendo la libertad de expresión. Como a diferencia de Martí, ellos no tienen, igual que tú y yo no tenemos, igual que otros cientos de miles no tienen, el valor para dar nuestra propia sangre, pues usan SANGRE DE CERDO, que funciona como una transfusión total… pero a sus propias venas.

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